En el proceso de construcción una vez terminados los trabajos de movimiento de tierras es necesario construir la cimentación. Habitualmente en nuestra geografía se utiliza cómo primero llamado hormigón de limpieza, sobre cuál se construye ó bien una red de zapatas e riostras, zapatas aisladas ó losa maciza. Todos estos elementos constructivos han de ser representados en la obra por las marcas hechas por los topógrafos. Los ingenieros técnicos en topografía son los únicos ingenieros que son capaces de trasladar un proyecto georreferenciado desde un despacho de arquitectura hasta el fondo de la excavación.
Sin embargo, la labor de topografía en una obra no termina con la preparación de los datos del replanteo y propio replanteo de las zapatas, riostras, muros, pilares y sus caras ó ejes, sino continua también con el control geométrico de los elementos ejecutados. Gracias a las mediciones realizadas con los equipos topográficos, es posible analizar las pequeñas imperfecciones u errores graves de la propia ejecución, y con esa información rectificar o modificar el diseño de la estructura y posterior distribución arquitectónica. Las mediciones topográficas constituyen también un sólido argumento de la propiedad ó dirección facultativa a la hora de reclamar la correcta ejecución de las obras por parte de la empresa constructora.